Hola a to@s.
Tras un periodo de silencio
administrativo por exceso de trabajo (oficial) aquí
estoy de nuevo con una entrada obligada, a
petición popular. Bueno, para no exagerar, a petición de Amalia, Isabel e Inma,
que me piden que piense un poquito en las que se incorporan por primera vez a
este fantástico mundo de la elaboración
de jabones naturales. Vaya, quieren que
hable de todos los pasos a seguir en el proceso hasta conseguir esos preciosos
lingotes artesanos.
Pues no se diga más, manos a la obra, y ya podéis coger
papel y boli (los siento, pero en el fondo es que yo para estas cosas sigo
siendo muy tradicional).
Paso a paso en la elaboración del jabón.
Hay dos formas de elaborar jabón: el método en frío y el
método en caliente.
Yo os voy a hablar del método
tradicional de elaboración de jabón en frío, denominado así porque no se usa
ninguna fuente de calor externa. Necesitamos un componente graso (aceite o
manteca) que al mezclarse en frío con la mezcla de sosa (hidróxido sódico) y
agua o cualquier otro elemento líquido
(leche, cerveza, vino…) desencadenan el proceso de saponificación, que conlleva un aumento importante de la temperatura de la mezcla y termina con la
gelificación de la mezcla.
Pero antes de empezar a fabricar
jabón, es fundamental conocer y seguir al pie de la letra las medidas de
seguridad que se recomiendan. Para ello, os recomiendo el siguiente enlace con
una de mis páginas jaboneras preferidas “Mendrulandia” y sus muy acertadas
indicaciones en torno a las medidas de seguridad: http://www.mendrulandia.net/?id=2
Una vez conocidas las normas
elementales de protección, vamos a repasar paso a paso lo que tenemos que
hacer:
Primer
paso: Elaborar la lejia.
La lejía no es más que el resultado
de la mezcla de la sosa caústica y el agua. No ovidéis ser muy precis@s con las
cantidades indicadas de cada ingrediente, pues de ello dependerá el resultado
final y la calidad de nuestro jabón.
Se echa la sosa medida en un cubo
o barreño de goma o plástico – no
utilizar ningún recipiente ni instrumento de aluminio, ya que la sosa es muy
corrosiva. A continuación, muy despacio y con mucho cuidado, se va añadiendo la
cantidad de agua indicada en la fórmula, mientras removemos con una cuchara o
espátula larga de plástico o madera. Ojo con las salpicaduras y con los
vapores que se desprenden de esta mezcla.
En pocos segundos se va a
desencadenar una reacción de calor que hará que el agua llegue a una
temperatura muy elevada. Hay que disolver bien las escamas o perlas de sosa en
el agua, que tomará un color blanquecino. Esperamos hasta que la mezcla se
vuelva transparente.
Segundo
paso: Mezcla de aceite/s con la lejia y
emulsionar.
Se va añadiendo el aceite, previamente pesado, a la lejia y removemos de
forma constante y siempre en la misma dirección. En caso de usar en la receta
mantecas
o aceites sólidos, tendremos que licuarlos antes bien en el microondas o en mi opinión preferiblemente al baño maria.
o aceites sólidos, tendremos que licuarlos antes bien en el microondas o en mi opinión preferiblemente al baño maria.
Los aceites esenciales se añaden
habitualmente al final, para que no pierdan sus propiedades. Seguimos batiendo
– mucha paciencia .hasta conseguir una mezcla homogénea parecida a la textura
de una mayonesa. Aunque os diré dos secretos, a mi me recuerda más a las poleás
que hacía mi abuela Gerarda y para conseguir esa textura más rápidamente, yo me
he comprado una batidora baratita que no sabéis el curro que quita ( de nuevo
OJO con las salpicaduras) .
Tercer
paso: Alcanzar la traza.
Una vez que hemos batido todos
los ingredientes hasta conseguir una mezcla cuyo punto ideal de emulsión se
llama traza, y que no siempre se
consigue e el mismo tiempo, sino que varía según los ingredientes que
utilicemos.
AHORA
es el momento de añadir los aceites esenciales y los aromas u otros
ingredientes que tengamos previsto añadir a nuestro jabón (avena, pulpa de
aloe, caco…). Recordar que ya no utilizaremos la batidora, sino la espátula o
cuchara.
Cuarto
paso: Enmoldar la mezcla.
Ha llegado el momento de volcar
con cuidado la mezcla en los moldes elegidos. Para acelerar el proceso de
gelificación del jabón, lo cubriremos con toallas o mantas y lo dejaremos
reposar en un lugar seco e interior durante 24 a 48 horas.
Quinto paso: Desenmoldar
el jabón.
Antes de proceder a desenmoldar el jabón debemos comprobar que está
cuajad, pero no olvidéis usar los guantes, ya que todavía la saponificación no
ha terminado y queda sosa que os quemará si tocáis el jabón con las manos.
Sexto
paso: Periodo de curación.
Ya lo sé por experiencia: lo
dicen en todos los foros jaboneros. Ya me diréis vosotr@s: ¡Cuánto cuesta esperar esos cuarenta días que como mínimo
tienen que pasar para que el jabón se cure y podamos probar nuestra pequeña
obra de arte!!
Pero al final siempre ha merecido la pena, o ¿ sería más correcto decir
“casi siempre”? pues algunas veces hay sorpresa, jijij.
Besotes burbujeros en una calurosa tarde sureña.
Hola soy virginia :D me encantaa el blog!!!
ResponderEliminarHola Virginia, qué alegría que hayas entrado. Y mejor aún que te guste mi blog. Está hecho con mucha ilusión y con cantidad de cariño, la única forma de que salgan las cosas bien, jejej.
EliminarMe encantó conocerte y lo pasé muy bien mientras nos dabamos ese paseito de auténticas "guiris". Te prometo que mi próximo jabón irá dedicado a ti, y será la receta de un jabón que llevará tu nombre. eso sí, necesito que aromas te gustan más y que color/es prefieres, para que no solo lleve tu nombre, sino algo de tu personalidad.Espero tu respuesta para ponerme manos a la obra, todo un reto. Un besote burbujero, wapa.
Propia de una novata, esa mano SIN GUANTE dando vueltas al jabón
EliminarUfffff, vaya, me han pillado. Prometo no quitarme los guantes más, pero en Sevilla, en julio y a las seis de la tarde, hace muuucha calor.
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